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Por Pruden Martín

La evaluación de desempeño ha experimentado una notable evolución a lo largo de los últimos años. La necesidad de mejora de este sistema ha generado nuevos avances en metodologías, herramientas y modelos de gestión. El Sistema de Desarrollo Continuo iría un paso más allá en la Evaluación de Desempeño.

¿En qué consiste una Evaluación de Desempeño?

Tradicionalmente se ha utilizado el Sistema de Evaluación del Desempeño, para evaluar a las personas dentro de las organizaciones en cuanto a los resultados en el desempeño de sus tareas y responsabilidades, y en el plano competencial.

Estos sistemas, como su nombre indica, son meramente evaluativos y no son del todo eficaces porque la palabra Evaluación en sí, no va siempre de la mano con el desarrollo.

En este sistema de medición del desempeño, se realizan dos entrevistas de evaluación al año en las que el responsable evalúa a las personas del equipo en una entrevista individual. Este tipo de entrevista conlleva a una situación tensa para ambas partes. Ya que parece que la persona del equipo se dirige en cierta forma “al matadero”.

Para que esta entrevista funcione, el responsable debe tener una serie de competencias y destrezas, que en general se suelen carecer, como puede ser la empatía, la objetividad y equidad o la asertividad.

Como resultado de esa entrevista, se obtiene una puntuación que sirve en algunos casos para aumentar la retribución, en otros casos para poder acceder a un bonus o gratificación a final de año, y en otras, no se obtiene ninguna de las dos.

En definitiva, se convierte en un sistema subjetivo e incómodo, que con el tiempo pierde fuerza y se convierte en un mero trámite sin más interés ni motivación.

En general “el evaluado”, termina la entrevista insatisfecho y sin un plan de mejora concreto, y enfadado porque el retorno de lo que él mismo interpreta como un esfuerzo no se ve recompensado. Tras esto, empiezan las comparativas, a través de los comentarios internos entre compañeros, en relación a la nota obtenida y los beneficios conseguidos… En fin, un caos!

¿Qué es un Sistema de Desarrollo Continuo (SDC)?

La transformación a un SDC (Sistema de Desarrollo Continuo), en sí, supone un cambio conceptual desde el momento en el que se elimina el verbo EVALUAR y se transforma en CRECER.

En este caso, la entrevista no es evaluativa y se aprovecha para dar feed back y generar un diálogo enriquecedor. A través de este diálogo, el responsable da feedback en relación al desempeño de las tareas, competencias y también, de la manera de relacionarse en base a los valores corporativos.

 El que recibe este feedback, al conversar en un clima de confianza y tranquilidad, elimina la tensión generada antes. Se elimina el factor “nota” y se pone el foco en AYUDAR A MEJORAR desde un estilo de liderazgo cercano, colaborativo y tolerante. En el Sistema de Desarrollo Continuo (SDC) se ven los errores como oportunidades y genera planes de desarrollo personalizados para cada persona, contribuyendo al Desarrollo del Talento y sirviendo de antesala al establecimiento de planes de carrera.

En este caso, aunque los responsables de personas deben ser formados, el sistema en sí no es “perverso”, y el propio beneficio para las personas está en su crecimiento personal y profesional y en el aumento del grado de empleabilidad. Este sistema conlleva beneficios para la compañía en la generación de personas motivadas y capaces para afrontar retos a futuro.

El SDC favorece una cultura de crecimiento y mejora continua que se puede ensamblar con cualquier proceso de transformación cultural que se quiera llevar a cabo.

Si estás interesado en transformar y evolucionar el Sistema de Evaluación de Desempeño de tu empresa a este Sistema de Desarrollo Continuo, en Grupo Emotiva-Liderea te ayudamos.

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